Mira bien, ¿qué ves?
Posiblemente veas dos
monos sentados el uno junto al otro, o puede ser que veas la cara de una cabra
entre ellos dos.
¿Y ahora? ¿Qué ves?
¿Son dos elefantes dándose
la espalda? ¿O hay una serpiente?
Lo mismo sucede con esta otra
imagen…
¿Son dos cerdos uno frente a
otro? ¿O hay un Búho en el centro de la imagen?

En una de nuestras clases se
mostraron estas imágenes de “animales
juntos” y los alumnos fuimos comentando qué apreciábamos en ese momento
llegando a diferentes conclusiones. Había personas que veían sólo un animal,
otros pudieron apreciar los diferentes animales que aparecían en la foto, otros
no veían animales sino otro tipo de figuras como por ejemplo corazones. Cabe
explicar que:
Sobre una superficie donde hay formas
colindantes, que tienen líneas límites comunes, siempre se puede establecer la
distinción que una de las formas es fondo y la otra es figura. Ello es como
decir que una forma está detrás, debajo de la otra. Ello crea indudablemente,
una tercera dimensión.
La diferencia de fondo-figura es la base más
sencilla para la percepción de la forma. La percepción es la vía de adquisición
del conocimiento del mundo y por lo tanto determinante en el posterior
desenvolvimiento y configuración de la psique. La forma en que percibimos
sienta las bases y configura la forma en que pensamos.
No existe figura sin un fondo que la sustente.
Según el lugar donde posemos nuestra atención pueden salir diferentes figuras y
nunca podremos apreciar ambos al mismo tiempo sino a cada uno por separado.
Con todo esto, queremos decir que lo que vemos
depende de “los ojos con lo que lo miremos”, depende de “las gafas que tengamos
puestas” que te permitan ver una u otra cosa, es decir, no siempre vemos la
realidad tal y como es, sino lo que nos “interesa ver” y “nuestra realidad”
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