miércoles, 19 de diciembre de 2012

TERAPIA OCUPACIONAL EN AMBIENTE PENITENCIARIO



El terapeuta ocupacional, dentro del ámbito de la intervención social puede desarrollar su ejercicio profesional en centros y ambientes  penitenciarios.


Tras la ponencia que tuvo lugar el pasado 27 de Noviembre en clase de 4º de grado de Terapia Ocupacional en la asignatura TO Sociocomunitaria queremos decir que la Terapia Ocupacional no solo puede desarrollar su ejercicio profesional en centros o ambientes penitenciarios sino que debe hacerlo y es necesario que lo haga.

 Nos gustaría destacar algunas de las aportaciones que tuvo la ponencia para los oyentes y que a su vez son una clara justificación para defender la necesidad de la Terapia Ocupacional en el ambiente penitenciario.
Primeramente destacar que la prisión es una institución que está en relación con la exclusión social, ya que existe una acción que podíamos caracterizar como discriminatoria en el sistema penal.

Un concepto destacado en la charla y que abarca la acción discriminatoria fue el de “prisionalización”, de Clemmer, que engloba una serie de características que habitúan a la persona al entorno carcelario como son: ruptura con el mundo exterior apareciendo problemas de visión, articulares…, desadaptación social y desidentificación personal, desvinculación familiar, desarraigo social.

Vivimos en un país en el que las condenas se cumplen íntegramente, en los distintos grados que hay establecidos: El Primer Grado corresponde a un régimen en el que las medidas de control y seguridad son más restrictivas (régimen cerrado), el Segundo Grado se corresponde con el régimen ordinario, el Tercer Grado coincide con el régimen abierto; España es el país donde menos se delinque en Europa, sin embargo, es donde más cárceles hay. Además los delitos que se producen en España son poco graves. Esto no es lo que se siente en nuestro país, ya que debido a las noticias que aparecen en los medios de comunicación, se da a entender  la existencia de un clima de inseguridad y  sobre todo discriminatorio.

Cuando se analiza el régimen en el que vive la persona se ve una clara repercusión en las ocupaciones y sobretodo en las actividades significativas. Esto debe entenderse como que la prisión es un espacio de “deprivación ocupacional”, es decir, aísla de lo disfuncional pero también de lo funcional, no se puede acceder a todas las ocupaciones de la persona. Por ejemplo, las actividades sexuales son reguladas por la institución, se produce un abandono de los roles de padre, de marido, novio, de trabajador, etc. Esta normativa de la institución repercute en la vida diaria, intimidad, seguridad, dignidad y oportunidad de las personas reclusas, esto no debería ser así ya que para que las actividades se den de manera óptima han de cumplirse todas estas premisas. Un ejemplo de ello, aunque habría que destacar una larga lista, sería que el entorno físico en la institución repercute claramente en la realización de algunas de las AVDs como sería en la ducha ya que al ser común hay muchos presos que no lo hacen ya sea por miedo, por pérdida de dignidad o por cualquier otro motivo personal y restrictivo.

En cuanto al papel del terapeuta ocupacional, hay que destacar que es necesario dentro de los equipos de intervención, rehabilitación y/o reinserción social ya que sus objetivos en este ámbito son atender las necesidades de aquellas personas que han sufrido, sufren o podrían llegar a sufrir una disfunción o restricción en el desempeño de sus ocupaciones o en su capacidad para participar e implicarse en actividades significativas dentro de su contexto cultural y/o social.

El rol del terapeuta ocupacional es existente en tres tipos: el tradicional, que se centra en la persona, el paliativo, que se centra en el contexto próximo, y el transformador que es el más importante dentro del ámbito penitenciario y es el que queremos explicar un poquito más en profundidad.
El rol transformador desarrolla funciones de tipo político y activo, ya que si creemos que la ocupación es beneficiosa, tendremos que hacer políticas de ella; también tiene en cuenta los derechos humanos, por que se deben denunciar las violaciones de los derechos humanos y para ello la ocupación puede actuar como sistema de mediación y restauración; se debe realizar un ejercicio equitativo, es decir ofrecer más a quien menos tiene, para eliminar la discriminación que hemos mencionado anteriormente; por último, y no menos importante, se debe ofrecer un enfoque comunitario, debemos ser portadores de experiencia exterior, es decir favorecer la comunicación con el contexto, no actuar solo en prisión sino también fuera.
Como conclusión de la ponencia podemos extraer que la ocupación debe actuar como tratamiento, que nos permita conectar el entorno de la prisión con el entorno exterior y de esta manera podemos llegar a crear experiencias y expectativas gratificantes dentro del entorno en la institución que sean aplicables al entorno tanto dentro como fuera de ella.

Para finalizar nos gustaría recomendar que vierais la película de “Horas de luz” del director Manolo Matjí, narra la historia de Juan Jose Garfía, tras varios asesinatos y robos es condenado a más de cien años de prisión. En ella, Garfia lidera varios motines carcelarios, frente a los cuales las autoridades toman como medida someter a los presos más conflictivos a un régimen especial de aislamiento.

Garfia, el preso con el cociente de inteligencia más alto, que evita las drogas, que parece inmune al castigo, vive así dos años sin ver a nadie, recluido en una celda minúscula y sometido a continuas vejaciones. Allí conoce a Marimar (Emma Suárez), una enfermera con la que apenas puede hablar, pero entre ambos surge una corriente de mutuo entendimiento. 

Os dejamos el enlace por si estáis interesados en ver la película.



Agradecemos la ponencia a Daniel Emeric. Terapeuta ocupacional e integrante de secretariado gitano. Su trabajo está centrado en la población gitana dentro y fuera de prisión. Conoce los principales problemas que se tienen en este ambiente y los que hay en el exterior. Por lo que cabe destacar la gran labor que Daniel debe realizar para logar un equilibrio ocupacional de los individuos dentro de la institución  penitenciaria como fuera de ella, en necesidades como la inserción social y  laboral. 


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